Una vivienda con una buena calificación energética, permite a su inquilino ahorrar entre 1.000 y 2.500 € al año.
Por ejemplo, una vivienda de unos 100 metros cuadrados, con una calificación energética G, que mantenga siempre las mimas condiciones de confort, tendría un consumo anual aproximado de 15.184 KWh de electricidad, lo que equivale a unos 2.521 € al año impuestos incluidos. La misma vivienda pero con calificación energética C, el consumo eléctrico se reduciría hasta los 6.300 KWh/año, equivalente a unos 1.045 € anuales; mientras que si la calificación energética es A, el consumo caería hasta los 1.250 KWh/año, equivalente tan sólo a unos 207 euros anuales.
Esto confirma que la eficiencia energética es la mejor aliada ante las subidas de las tarifas eléctricas, siendo importante el ahorro que supone elegir un hogar con una etiqueta de certificación energética B o C, en vez de G.
La obligatoriedad de la etiqueta energética para viviendas y locales comerciales, en el alquiler o venta, entró en vigor en Junio de 2.013, y su coste recae en el propietario. Desde Certificado Energético, te ofrecemos la mejor tarifa del mercado para obtenerlo.